viernes, 6 de junio de 2014

---Epilogo----

     Hace mucho, mucho tiempo en un pueblo del Baix Llobregat llamado Gavà,  allí donde se cruzan la carretera que va hacia Castelldefels con la carretera de Begues,  justo donde hoy  está la Gasolinera, había una Discoteca heavy, el RKL.
Allí se congregaban toda la gente de mala reputación del pueblo y alrededores, dotando al lugar de una aureola de misticismo única… De entre todos,  los “Damm Forces” eran la peña más dura del lugar, una especie de pandilla a la que todo el mundo quería pertenecer.
 Los sábados por la noche eran la máxima expresión de  locura adolescente y la magia roquera  reinaba en aquel rincón de mi pueblo,  descubriendo canciones y grupos que nunca antes habíamos escuchado…
  Aún recuerdo la noche en que mi gran amigo “Chapi” me dijo –“Eh tío, tienes que escuchar la canción de la armónica…”. Se trataba de Michel Monroe, un tipo rubio con pintas glam ochenteras que en aquel momento alzaban al personaje a un estatus  casi de superhéroe…
   En el momento en  que el veneno de una gran canción te poseía en aquellos tiempos, se iniciaba un proceso de investigación, primero preguntabas al “pincha” (hoy día les llaman DJ’s) por quién era el grupo que estaba sonando, en que disco salía tal canción, etc… y debías esperar una semana entera en la que tratabas de ahorrar al máximo, de agarrar cualquier pesetilla que se cruzaba en tu camino para ir el sábado siguiente, justo después de comer, con la digestión todavía sin terminar, acompañado de tus mejores  coleguillas en tren hasta la mítica calle Tallers de Barcelona, donde se congregaban todas las grandes tiendas de discos de la ciudad.  Entrabamos en todas y cada una de las tiendas, rebuscando entre un montón de vinilos, algunos nuevos otros de segunda mano y otros de importación… y si por fin había suerte acababas llevándote a tu casa el “Not fakin it” de M.Monroe convirtiéndose en tu gran tesoro  y en el gran momento de la semana ,y si el precio no era desorbitado, posiblemente  también caía alguna otra joya del montón de los discos “usados”.
Antes de coger el tren de vuelta a casa solía caer algún falafel del “Buen bocado”, un minúsculo antro de la calle escudellers donde sigo pensando que hacen los mejores falafel y shawarmas del mundo, y después una  cervecita  de lata sentados en primera fila mientras alucinábamos  escuchando a los míticos “De Kalle” descargando su potente rock en el metro de plaza Catalunya. (En el underground)
Al llegar a casa, subía los escalones de dos en dos, casi ni saludabas a tus padres, te ibas corriendo a tu habitación, cerrabas la puerta,  quitabas el envoltorio de plástico con los dientes y a pinchar el disco. Ese ruidillo de la aguja del tocadiscos golpeando el vinilo y poder escuchar los primeros acordes de un disco nuevo mientras ibas  leyendo  las letras creyéndote que entendías lo que leías pese a que no tenías ni idea de inglés y estudiarte los créditos mientras descubrías grandes secretos como que el gran Little Steven, guitarrista de Springsteen era el productor de aquel gran disco… eso era pura magia. A continuación con un boli “Bic” rebobinabas una cinta Sony o bien TDK a ser posible de cromo y de 90 minutos para que te entrasen dos discos y te grababas las joyas adquiridas para poderlas disfrutar en el Walkman el domingo por la tarde mientras jugabas al futbolín en “La Bolera”.
  Hoy día sin embargo con internet la gente se descarga un disco sin ningún tipo de esfuerzo ni magia, incluso muchas veces antes de que se publique, no existe ni  la cara A ni la cara B, es todo tan inmediato y fácil que nos perdemos todo el encanto y la emoción del proceso, la gente acumula discografías sin saber ni siquiera que las tiene… Vivimos en la era de la inmediatez. Esa misma inmediatez que nos permite en cuestión de horas plantarnos en la otra punta del mundo a bordo de un avión, o recorrer 600km en un día con un coche sin saborear el camino, una inmediatez que sin duda no te da la bicicleta. La bicicleta es lenta, frágil y durísima de arrastrar. Pero dota al camino de una belleza y un estado de euforia que otros medios de transporte son incapaces de conseguir ya que viajando a pedales lo importante no es el destino, sino el camino, el proceso.   El camino lo es todo y la carretera se convierte en algo religioso.
Camino y carretera se convierten en protagonistas absolutos del  viaje. Da igual haber terminado en Dubái, que en Turquía que en Nueva Zelanda que en Guadalajara, esos no son más que puntos geográficos que hay que alcanzar recorriéndote  en primer lugar a ti mismo,  y saboreando kilometro a kilometro el salado sabor del sudor que brota de todos los poros de un castigado cuerpo  y que acaba transformándose en  el  dulce sabor de la satisfacción de saber que hasta dónde has llegado, te han llevado tus piernas y tu ilusión…sin más. Lo realmente bonito e interesante, al menos para mí, de “el viaje”, es esa niña camboyana que te saluda sonriendo  al pasar,  esa tribu de negros indígenas que te acogen en el profundo corazón de África, ese tailandés que te recoge con su furgoneta y te invita a una cerveza cuando estás apunto de desfallecer,  esa familia iraní que sin conocerte de nada te preparan un desayuno en la cuneta en medio del desierto cuando más lo necesitas, o esos uzbekos que te regalan una sandía o un yogur artesano o simplemente un abrazo, o las miles de sonrisas que he presenciado de quienes menos motivos para sonreír tienen.  Son tantísimos gestos de bondad y generosidad  y lecciones de vida,  que no terminaría nunca de explicarlos… Y es ahí, en el camino, donde todo pasa, para mí ese es el verdadero viaje, ese es el verdadero sentido de estar un año viviendo al límite, imitando la vida del vagabundo, viviendo como un soñador que ha peleado por su sueño y que espera que haya hecho soñar a todo aquel que le haya seguido, ya que otra de las grandes lecciones que me ha dado la carretera es que la victoria no sabe igual sino se comparte.
  Recuerdo el día que llegaba a Zimbabue, sudado y agotado bajo un Sol castigador  y me plantaba allí delante de las IMPRESIONANTES Cataratas Victoria  y con la boca abierta ante semejante espectáculo de la naturaleza, resulta que  no tenía a nadie al lado a quien decirle simplemente: –“Guau!!!!! Que pasada…”. Y es por eso que el blog, algo que empecé simplemente para mantener a mi familia y amigos informados y tener las mejores fotos a salvo… poco a poco se ha convertido en mi mejor compañero de viaje ya que al otro lado cada vez había más gente que lo leía… me han escrito gente que no conozco de nada ya sea al Facebook, al blog o al Hotmail, desde  muchísimos rincones de la Península  e incluso gente que he ido conociendo por el camino han ido corriendo la voz llegando a escribirme gente desde rincones tan remotos como Lituania o Chile… lo cual me llena de alegría y satisfacción ya que en cierto modo sí he compartido la experiencia con todos vosotros. Además ha servido para recuperar el contacto con viejos camaradas con quienes hacia mucho que no hablaba como mi querido amigo y gran amante de la carretera Isma  Martí, y para despertar el interés de gente a quien realmente admiro como ese Gran Ricardo y su compañera Eva desde Madrid y “Esa manera de viajar,” o para llenarme el cerebro de poesía, admiración y belleza con las palabras de Juany y Lluïsa, y esa gran Juanita López Porro que me ha seguido desde el minuto uno, y mis queridos amigos del alma Sergio Schizoprenic y Sarai con sus comentarios siempre cargados de buen humor y fraternidad, y aquel viejo fan de Ron Vudú de Segovia que responde al nombre de Ignacio y que consiguió emocionarme cuando me dijo que estaba usando el blog para educar a sus alumnos, y mis compadres del Rock’n’Roll , los  siempre enormes Ron Vudú, y Carlos desde Logroño quien me tomará el relevo en breve y desde la misma tierra del vino el gran Fernando “Ojacastro,” y Paco desde la casa Ronald Mc Donald’s aportando siempre ilusión y sabiduría, y el empuje de las palabras de esos encantadores Merengue (perdón Jose Luis) y Nuri, y mis compis de integración social que aunque los tengo algo olvidados me han estado apoyado un montón, y ese gran amigo y ciclista Alex y Vane con sus consejos técnicos siempre sacándome de apuros, y a Jose Luis y la gente de RUW que aunque creo que no han salido las cosas como esperábamos… seguís ahí y espero que retomemos el hilo a la vuelta…, y mis queridas Angie, Lara, Fabiola y toda la familia de Caviga escudadas tras sus grupos siempre dibujándome alguna sonrisa, y mi buenos amigos Paco y Carmen con sus encantadores Álvaro y Adrián, ahí empujando desde la distancia, o ese otro grande donde los haya, mi amigo Baldo y sus fascinantes aportaciones, y ese Emilio otro amante de los pedales derrochando empuje, y Alex, Jordi, Rosa y Ángel pisándome siempre los talones desde El Último Tren, y Falo y Rosi desde Asturias, y Mi prima-tia  Rosi de Madrid quien vaticinó que todo iba a salir bien porque yo era un tipo que resolvía, lo cual es uno de los piropos más bonitos que me pueden echar , y Suniva y Naza , y ese Agús otro gran viajero de Gavà y miembro destacado de los Damm Forces (jaja), e Irina y mis brothers  Chapi y Jose Antonio, y mi tío Jose y mi primo, que me largo y se montan un kiosco… y Mi hermano Oliver y Carmen siempre cuidándome en la distancia, y el Héctor y la Maggie porque no saben hablar pero a su manera también han estado ahí, y el inconmensurable amor que ha demostrado Miriam apoyándome a muerte en esta locura pese a lo que eso significaba y como no, Mi madre… que decir de una madre? Una persona grande no, enorme de verdad que tiene que aguantar a estas alturas ver como a su hijo le persiguen tribus africanas, le comen las pulgas, casi se congela se pierde en medio del desierto y aún sin saber cómo se manda un mensaje con el móvil, es capaz de ponerse las pilas y hablarme por Skype y escribirme en el blog y llenarme de alegría con sus comentarios aunque sean en Arameo…  Y mi Padre, quien en todo momento ha estado ahí pedaleando conmigo, dándome consejos de mecánica, parando la lluvia, hablándome por las noches  y ayudándome siempre a elegir el camino correcto… a todos vosotros, y a los que me he olvidado pero no por eso debéis enfadaros ni poneros celosos y a toda la gente buena  que me he cruzado en el camino y a todos los que en algún momento de vuestras vidas os da por hacer una locura, a romper con todo, a arriesgar, a ser valientes  y os atrevéis a vivir vuestros sueños… simplemente :
GRACIAS.

Nos vemos en los Bares!!!!!!!!!!!!!!


lunes, 2 de junio de 2014

Persia....


 
 
  Me enfrento a mi último país, a la última gran etapa de esta aventura que me ha tenido pedaleando y vagabundeando por medio mundo durante casi un año. El destino ha decidido que sea Irán, la antigua Persia, el escenario de la despedida y la verdad es que no es un mal escenario para poner punto y final a esta larga canción cargada de ilusión, alegrías, sufrimientos, descubrimientos, intensidad, añoranzas y vida…sobretodo mucha vida.
Preparaos que voy!!!!!
 
  El punto de partida es Teherán donde me topo con una ciudad muy moderna, nada que ver con el concepto preconcebido que se suele tener de estos países. Sin embargo me llama la atención esa inexpugnable barrera que hay entre hombres y mujeres. Mujeres que viajan en vagones de metro especiales para ellas, mujeres que se apartan a un lado cuando te cruzas con ellas, mujeres que cubren sus cuerpos con negras telas mostrando tan solo un rostro que refleja la conformidad y sumisión ante unas normas elegidas  por otros,  pero que las tienen tan interiorizadas que parece que no sean capaces de vivir sin ellas. Las chicas más jóvenes y atrevidas sin embargo, visten colores algo más alegres y suspenden el pañuelo al borde del precipicio de unos enormes y graciosos moños que se suelen hacer, como queriendo desafiar a un sistema que lo controla prácticamente todo. No obstante son chicas muy presumidas ya que nunca vi tanta gente con la nariz operada como en estas tierras, tal vez como tan solo muestran la cara, la cuidan a la perfección con unos maquillajes extremos y unas cejas dignas de escuadra y cartabón…
 
Teheran
Bazar de Teheran
 
Teheran mezquita
      Uno de los primeros líos a los que se enfrenta un extranjero en Irán es a interpretar el precio de las cosas ya que la moneda oficial es el rial, pero al ser una moneda muy floja, tiene “muchos ceros” por lo que nadie la llama rial sino  Toman, que es lo mismo pero con un cero menos y para terminar de complicarlo, no suelen añadir de forma oral el “thousand” por lo que los primeros días es un auténtico follón, además los números en farsí, que es la lengua más extendida en la antigua Persia, son de una caligrafía diferente a los que se usan en prácticamente el resto del mundo…por lo que pasan unos días hasta que se le pilla el truco.
  Pese a todo, la gente es realmente maja y hospitalaria y no les cuesta nada acercarse a hablar contigo ya que es un país muy cerrado que prácticamente no recibe turismo y ven en ti (en mí)  una oportunidad de explorar el mundo más allá de sus fronteras.
  Yo por mi parte me encuentro en un estado emocional raro, ya que estoy  muy feliz de volver a ver a mi gente, abrazar a mis seres queridos y compartir cervecitas con mis amigos, pero saber que se acaba “El Viaje” me impide disfrutar de lo que estoy viviendo estos últimos días, por lo que debo hacer un esfuerzo para meterme de nuevo en la espiral de locura que me ha perseguido desde que salí de Barcelona. 
  Vuelvo a subirme a la bici y me dirijo al norte, al Mar Caspio, una enorme masa de agua salada que los científicos no acaban de ponerse de acuerdo en si es un mar o un lago. Unas enormes montañas me hacen pensar que este no va a ser  un país fácil desde el punto de vista ciclista. Desemboco en Chalús una ciudad costera donde se funden tradición y modernidad. Las  escenas de pescadores, mezquitas y bazares conviven con grandes almacenes, tiendas de ropa de marca y coches de lujo… Todo me recuerda mucho a Turquía y es que el país otomano es todo un referente en estos lares. La carretera una vez en la costa es plana y me permite disfrutar de unos días de fácil pedaleo,  con el mar siempre a mi derecha y altas montañas de cumbres nevadas a mi izquierda, el clima es benévolo y no estoy pasando excesivo calor. Este mar Caspio es hogar de los esturiones que producen el más reputado caviar del mundo. Por el sur lo explotan los Iraníes y por el norte los rusos, pero es curioso que el 100% de la producción se destina a la exportación y no es posible ni comprar, ni probar, ni tan siquiera encontrar  aquí tan selecto producto.
 
 
 
  Voy camino de Rasht cuando un ciclista se pone a pedalear junto a mí, es Mohamed y entre mis dos palabras de farsí, sus dos palabras de inglés y muchos gestos y risas nos hacemos juntos 120km, con una paradita de avituallamiento en la que no me dejó pagar absolutamente nada, recibiendo una de las primeras muestras de la famosa hospitalidad persa. Le comento que tengo un radio roto en la rueda trasera y me dice que no me preocupe, hace una llamada y me hace que le siga.  En breve llegamos a un taller de bicis donde me está esperando un mecánico con una caja de bombones, zumo de naranja y té. No solo me cambia el radio sino que me hace un repaso general y tan solo me cobra 1.5€. La verdad es que como estoy en la recta final no quiero dedicarle mucho tiempo ni dinero a la bici, prefiero esperar a poner recambios con calidad europea al llegar a casa y no las piezas chinas que me ofrecen por aquí, pero hay que reconocer que la pobre máquina  está hecha polvo… especialmente las cubiertas… están más lisas que mi cerebro.
con Mohamed y el mecanico
Rash
 
  Rash es una ciudad completamente desconocida para mí pero que goza de un ambiente increíble.. Las calles están atestadas de gente, hay muchísimas tiendas y un ambientillo  agradable que hace que este, sea un buen punto para realizar una excursión a Masuleh, el que dicen es el pueblo más bonito de Irán. Se trata de un pueblo enclavado en la ladera de una alta y verde montaña donde de subida me encontré a mucha gente que me iban parando para hacerse fotos conmigo e interrogarme a base de preguntas repetitivas. Y supongo que  debieron correr la voz de que un ciclista iba de camino ya que cuando reventado perdido por el puerto de montaña,  por fin llego al pueblo, me encuentro a un montón de gente que empiezan a aplaudir.. yo en un principio pienso que están de fiesta mayor o algo así, pero veo que se empiezan a acercar a mí y a hacerme fotos y darme palmaditas en la espalda!!!. No doy crédito a tanta expectación y me da hasta vergüenza pasear por el pueblo, siendo el centro de atención, pero en este país esta va a ser la tónica. Allí conozco a una familia que me invitan a tomar té con ellos en uno de los pintorescos tejados - terraza de Masuleh. Pasamos un rato agradable charlando de mil cosas y al despedirme, instintivamente le voy a dar la mano a una de las chicas y el marido como si de un portero de futbol se tratase,  desde el suelo se lanza hacia un lado, agarra a la mujer y la aparta rápidamente de mí… se disculpa y me pide perdón, pero me dice que a esa mujer tan solo la puede tocar él!!! (yo tan solo pretendía despedirme!!!).
Masuleh
 
 
 
 
 
 
 
Masuleh
 
Masuleh
 
Masuleh
 
El rescatador de su mujer....SOLO SUYA!!!!!!!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tabriz es la gran ciudad del oeste de Irán, muy cerca de Turquía, tan cerca que hablan turco en vez de Farsí y donde conozco a Abdull, un afgano  comerciante de  alfombras persas que me invita a desayunar y que estirándole de la lengua me confiesa que los americanos literalmente han destruido su país y que muchos afganos ahora se buscan la vida en Irán haciendo los trabajos más duros,  lo que los iraníes no quieren hacer…emigrantes vaya!!!! .
con mi amigo afgano


 Dicen que Tabriz tiene uno de los bazares más bonitos de oriente y lo cierto es que no está mal, pero yo ya los veo todos iguales… entre la multitud de tiendecitas,  aprovecho para comprarme unos pantalones al más puro estilo Kurdo, ya que mientras pedaleo voy con bermudas, pero en condiciones normales está prohibido ir en pantalón corto!!!, la cosa es que me veo como una mezcla de Aladino, Barragán y “el Sergas”(personaje mitológico del barrio donde creció mi madre)… pero me siento fresquito que es lo que importa al fin y al cabo, además me costaron 2€…
vendedor de te en Tabriz


Alfombras perses en el bazar
 
Tabriz
 
  
 
 
 
 
 
 
 Cerca de Tabriz está Kandovan un bonito pueblo de la era troglodita que recuerda mucho a la bella Capadoccia en la vecina Turquía. Como de costumbre el pueblo se haya en lo alto de una montaña que me hace sudar la gota gorda y estando dejándome yo el higadillo veo que paran dos motorista empeñados en ayudarme… el primer intento es que yo me agarre a ellos y que me remolquen,  pero el invento sale mal ya que el porta equipajes a donde me agarro está muy bajo y casi nos espiñamos, por lo que finalmente tras un rato discurriendo,uno carga mi equipaje y el otro me lleva a mí de paquete  mientras yo a la vez llevo la bici rodando agarrada con un brazo… la verdad es que era digno de haberse grabado en video… menuda situación de Mortadelo!!!!!.
Motoristas de Kandovan
 
 
Kandovan
 
Calles de Kandovan
 
 
 
  Llego a Azar Shar, uno de esos pueblos que te pillan en medio del camino y donde no hay nada de interés, por lo que cuando ven llegar una bici llena de sacos con un pringao como yo al manillar, no tardan ni 5 minutos en congregarse medio pueblo a mi alrededor, por suerte en el pueblo hay una pensión donde puedo reposar mis huesos, hasta que un grupo de jóvenes aún no sé muy bien cómo se cuelan en mi habitación y me empiezan a comer la olla con el Islam. Yo les comento que no tengo religión y se quedan de piedra, me ven como un alma perdida y es entonces cuando uno de ellos saca de su cartera un Corán y me empieza a cantar versos sagrados!!!  Mientras los demás le van haciendo los coros,  me explican que el líder de su país es alguien que está por encima del bien y del mal, se supone que habla directamente con Alá, y lo cuentan convencidísimos…Yo la verdad es que estaba cansadísimo de la bici y los primos esos allí rezando y tratando de convertirme, concretamente a ser chiita… y necesitaba descansar y dormir no convertirme a ninguna religión así que  finalmente y con mis mejores modales les mandé con la música a otra parte…
 
   A Sanandaj llegué en autocar nocturno, ya que no tengo  tiempo material de pedalear  todo el país en un mes , y son  las tres de la mañana cuando el bus me deja abandonado en medio de la nada… hace mucho frio y no me apetece moverme en la oscuridad con la bici, por lo que veo un césped cojonudo y monto allí mi tienda de campaña tan tranquilo… de repente me siento  desorientado, confuso, oigo ruido y no sé muy bien donde estoy, abro la cremallera de la tienda y ya se ha hecho de día, una pelota se acerca tímidamente hasta mí, pero el niño al ver mis pintas no se atreve a venir a buscarla, resulta que he plantado la tienda en medio de un parque donde la gente va a pasea y lleva a los niños a jugar… sus caras al verme salir de la tienda eran todo un poema!!!! Y la mía un soneto.
Estupendo cesped en medio de la ciudad
 
 
 
 Sanandaj es la capital del Kurdistan Iraní, un pueblo que vive repartido entre Turquía, Iraq, Irán y Azerbaiyán, son gente encantadora y con unas vestimentas tradicionales que le dan un encanto especial a la zona llenando sus calles de colorido y tradición. Allí me alojo en un hotel donde estando yo durmiendo la siesta me pican a la puerta, me levanto y abro con un ojo abierto y el otro enganchado por las legañas. De repente se me ponen sin embargo los ojos como platos cuando me veo a dos agentes de policía que me comentan que han recibido un aviso de que yo estaba allí… y  yo les digo que efectivamente, yo estoy allí… tal y como pueden comprobar…entonces me hacen 1000 preguntas, toman nota de todo, me hacen rellenar un formulario y cuando  termina la parte seria del asunto, va el poli y me pide si se puede hacer una foto conmigo!!! Después del apuro que me han hecho pasar, va y me agarra por el hombro sonriendo como si fuese mi colega de todo la vida… No entiendo nada!!!
kurdos
 
 
Marivan en Kurdistan

 
 
Zapateros kurdos

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Isfahán era uno de los platos fuertes de mi viaje, era uno de esos lugares mitificados en mi cabeza y que quería ver antes de morir… La ciudad tiene una parte moderna que no es más que una urbe más de este país, pero cuando te adentras por los callejones que van a parar a la majestuosa Plaza del Imán, con sus mezquitas y madrazas de enormes cúpulas de azulejos turquesa, la boca se te abre tanto que  incluso duele y todo… es uno de esos rincones realmente bonitos del mundo, no tiene la vida de Jemma-el-fna en Marrakech pero tiene la elegancia del arte islámico oriental en su máxima expresión. Es la primera ciudad iraní donde me cruzo con algún turista y entre ellos a un  muchacho francés que conocí en  Taskent (Uzbekistán) y que el destino ha querido que nos reencontremos de nuevo… paseando por las avenidas de Isfahán en busca de uno de los hermosos puentes que cruzan el rio me encuentro a Jio, un ciclo turista japonés con quien hacemos buenas migas y se acaba alojando en el mismo albergue que yo, donde  pasamos largas horas intercambiando información sobre esa droga llamada “la carretera”, uniéndosenos  una pareja de suizos que también están de bici viaje.
  En el bazar de Isfahán me para una familia que se pone a charlar conmigo y entre otras cosas me piden que les critique algo malo de su país. Le digo que su país es muy bonito, con mucha variedad de paisajes, con un gran legado cultural, bla, bla, bla… pero que me sobra tanta represión, ya que los “mulás” lo controlan todo, de echo hay una policía religiosa que si consideran que una chica lleva las mangas demasiado cortas, tienen autoridad para reprimirla…en el tema internet también me he visto más incomunicado que nunca ya que está todo censurado y para acceder a la mitad de los sitios debo usar un truco informático…  también le digo que no me parece bien que las chicas deban ir con pañuelo  SIEMPRE…en fin que le comento que me falta libertad y él algo ofendido me contesta con una metáfora que viene a decir algo así: -“la  opresión no es mala, porque piensa que unos pies cuando más libres se sienten es cuando están descalzos, sin embargo con unos zapatos aunque te aprieten… es cuando más cómodo caminas…” yo no acabo de entender esa postura, la cosa es que su mujer unos pasos más atrás, iba asintiendo todo el rato como dándole la razón, no sé si por convencimiento o por miedo o simplemente estaba de acuerdo, pero yo desde mi humilde ignorancia pienso que la verdadera libertad  reside en la capacidad de poder elegir lo que yo quiera y no lo que otros quieran, siempre por supuesto dentro del respeto al prójimo…
 
Plaza del Iman Isfahan
 
 
 
Isfahan
 
Artesanos de Isfahan
 
Puentes de Isfahan
 
 
 
 
 Abandono Isfahán a base de pedales y mirando de reojo como cada vez se va haciendo más pequeña esa gran ciudad que me ha cautivado. En el camino por supuesto, no faltan los desayunos de pan y queso con menta, las fotos de rigor, etc… hasta alcanzar en una dura etapa de montaña  el pueblo de Naim, donde nada más llegar oigo que alguien grita mi nombre…yo totalmente sorprendido,  busco con la mirada a mi alrededor y veo desde un coche a Tinu y Nina, la pareja de Suizos que conocí en Isfahán. Ellos van con un chico de “Warmshowers” que les aloja en su casa, es un chico muy majo que me pide disculpas por no tener más espacio  para alojarme. Para compensarme  trata de colarme a dormir en la mezquita ya que no sería la primera vez dado que los musulmanes las utilizan como alojamiento de peregrinos, pero me preguntan si soy musulmán y ante mi negativa, me veo en una pensión oscura y pulgosa, pero eso sí, muy barata… de todos modos estoy invitado para cenar en casa del iraní con los suizos y otros dos ciclistas locales  que van cruzando el país en bici dentro de una campaña para salvar a los guepardos, ya que están en peligro de extinción. La cena es a base de comida tradicional cocinada por la madre y hablamos de mil cosas pero  sobre todo de bicis. Los suizos llevan unas bicis alucinantes… con ese increíble cambio Rolhoff que tan bien funciona (según dicen) , lo que le da aún más mérito a mi viaje… con mi orbeilla de 300€.
 
El peloton del desierto
 
   Quedamos para pedalear juntos al día siguiente y parecemos un pelotón del tour de Francia, el chico iraní que nos preparó la cena se presenta con una bici de bambú, que me explicaron que se construyó artesanalmente en Alemania hace ya unos años y la idea es que alguien viaje con ella hasta donde sea y la entregue a alguien, y ese alguien haga lo mismo y así sucesivamente… parece ser que es una leyenda dentro del ciclo turismo y ahora mismo esa bici estaba allí en un pequeño pueblo de Irán llamado Naim. Pedalear en grupo tiene su gracia, pero a mí personalmente no me gusta, prefiero ir a mi ritmo y hacer lo que me apetezca… pero por otro lado, el viaje se hace más ameno, sobre todo cuando hay que cruzar el  duro desierto…  Tras unas 5 horas de bici, ellos se quedan en Ardakan y yo tiro unos kilómetros más hasta Yazd la ciudad de barro.
   Yazd es una ciudad – oasis construida a base de  adobe y barro en medio del desierto y con una atmosfera muy peculiar. Es un sitio muy bonito y genuino, pero en sus calles soy testigo de una tormenta de arena que arranca las ramas de los árboles de cuajo y lleva arena por los callejones a una velocidad tal que parecía que nos estuviesen disparando perdigones… por suerte la cosa no dura mucho tiempo y enseguida se recupera la normalidad… Sin quedar en vernos, casualmente me vuelvo a encontrar con Tinu y Nina al día siguiente y aprovechamos para cenar juntos y degustar una especialidad de Irán que es el zumo de zanahoria con helado de vainilla y que esta delicioso…
Yazd
 
 
 
 
 
 
 
 
Voy camino de Persepolis, la que fuese la capital del imperio Persa. El camino es muy duro, un desierto árido sin nada de nada en cientos de kilómetros y donde debo dormir en tienda de campaña en medio de una sensación de soledad  absoluta… pero refugiado por la oscuridad y tras una ducha con botellín de agua en medio del desierto junto a la castigada tienda de campaña, al alzar la cabeza hacia arriba, presencio un espectáculo sin precedentes de estrellas brillantes como diamantes en un cielo limpio como pocos…  Tras dos días de aislamiento social en el desierto, el paisaje se va transformando en campos de trigo, a ratos amarillos y a ratos  verdes, estoy a las puertas de unas de las ruinas más espectaculares de la historia antigua…
camino de Persepolis
 
 
Persepolis
 
persepolis
 
persepolis
 
  En Persépolis  vuelvo a ser testigo de la hospitalidad iraní. Intentaba alojarme en un hostal cuando aparece Mohamed quien me dice que no me aloje allí, que me vaya a su casa, que su casa es mi casa… y yo con tal de no gastar, le sigo.  Su casa es enorme con un patio donde puedo dejar la bici sin problemas y con un gran número de gente deambulando por allí. Entre otros Agir, primo de Mohamed y que habla algo de inglés. Entre otros personajes está Mustafá, un cachondo iraní, portero profesional de futbol que está inscrito en el libro guiness de los records por saltar a 12 personas por encima haciendo una parada de balón!!!! La cosa es que me enseñan un video de la TV nacional donde se le ve al tío literalmente volando y recibiendo su premio!!! Hay artistas y gente interesante por allí, pasamos la noche con las cachimbas y bebiendo té a raudales… Al día siguiente me tienen preparada la visita a las ruinas de Persépolis  yendo hasta el lugar en moto Mohamed, Agir y yo en medio… me recordaba a mi juventud cuando también solíamos ir mis amigos Isma, el Salva y yo mismo en un viejo vespino  que tenía yo en aquellos tiempos desde Gavá hasta “La Tasca” un bar mítico de Viladecans, el pueblo vecino. Las ruinas son increíbles  ya que datan del 518 A.C. y aún hay partes que se conservan perfectamente en pie. Eso sí, hace un calor insoportable, por lo que tras la visita nos vamos los tres en la moto a buscar yogur artesanal a una granja y de ahí a que montase a caballo. Era una sorpresa que me tenían preparada, un amigo suyo cría caballos y me llevaron expresamente a que me diese un paseo en una yegua pura raza. Lo peor fue subirme ya que no tenía ni montura ni silla ni nada… mostré toda mi torpeza en su máximo esplendor pero finalmente lo conseguí y cuando el animal se puso al trote, perseguidos por su bonito potrillo, la verdad es que pese a la incomodidad de que mis testículos se iban chafando constantemente, fue un momento muy bonito…  De vuelta a casa, super comilona y siesta en la alfombra del comedor para coger fuerzas ya que por la noche nos íbamos de fiesta a una boda… En Irán son muy presumidos y estaban acojonados de que con mis pintas no me dejasen entrar a la boda, por lo que me sugieren ir al barbero, idea que les saco de su cabeza de inmediato. Ellos de todos modos pasan por la barberia a peinarse… en plan chicos guays… y al final tanto me insisten que accedo a que me peinen pero le confisco la tijera al peluquero… conforme voy viéndome en el espejo, con la plancha alisándome el pelo y la barba… no puedo dejar de reírme de mi mismo…todos ellos con sus móviles grabandome y yo que no podía parar de reirme de mi mismo… me dejaron echo un engendro entre Steve Earle, Darth Vader y el sabio de “Erase una vez el Hombre”(versión Bollywood).  Para colmo la boda se anula y yo con esas pintas!!!!!
Comilona con mis amigos... en Persepolis
 
A la mierda la bici.... a partir de ahora en caballo....
 
  Alcanzo Shiraz, ciudad famosa por una uva que se utiliza mucho en el mundo vinícola aunque aquí tan solo es una fruta más ya que el alcohol no se utiliza ni para las heridas y desde aquí en bus hasta Bander Abbass, una ciudad realmente fea pese a que tiene un colorido especial con unas gentes mucho más árabes y oscuras que los norteños, estoy  a orillas del Golfo Pérsico y en el mítico estrecho de Ormuz, donde cogeré un ferry hasta los Emiratos Árabes en busca de Dubái donde un vuelo me llevará de vuelta hasta Barcelona…
Comiendo autenticas uvas de Shiraz
 
 
  Sigo dando las gracias a todos los que me habéis acompañado en esta increíble aventura, que espero os haya despertado el gusanillo de la aventura y os haga soñar un poquito con otros mundos que aunque lejanos. .están ahí…. Espero poder dar una última crónica desde Dubái o tal vez desde Barcelona…. Sea como sea 1.000.000 de GRACIAS….. Nos vemos en los Bares!!!!!
 

 


Calles de Teheran
 

 

 

escaparates en Farsi en Chalus


Mar Caspio

Mezquitas imponentes por todas partes

Trajes de bano... al estilo persa



Deliciosas sandias en la carretera

Campos de arroz


 

 

 



 
 

 



Lago en Kurdistan

 

 
Kurdistan



 
 


 
 

Tabriz

Tabriz

Callejones de Tabriz


 

 
Kandovan

Kandovan

Secando el TE al sol


 

El duro desierto


Mi orbeilla de 300 eurillos

Eterna......


Esha un poco mah...Manolo.....

 

Sanandah




Kurdistan

Cortando terrones de azucar

 




Isfahan

 

Isfahan


 

El clasico R-5  Un habitual de las calles iranies

 

Puentes de Isfahan





Atardecer en la plaza del Iman en Isfahan



 



Delicioso Kurt con miel....



Mis colegillas nipones.....


The desert





 

Suministros de agua para el arido desierto
 
 

Con mis amiguetes iranies y Nina y Tinu de Suiza...
 
 

 

 


Numeros Farsis

 


Mas ciclistas en el camino

Cinco botellas de agua hasta llegar a este paraje....

Hogar dulce hogar

 

 

 
El hombre que susurraba a los caballos

 

 
 
 

NOS VEMOS...................................1000 GRACIAS A TOD@S....