viernes, 20 de diciembre de 2013

Jordania

   Llego a Amman desde la futurista isla de Bahrein y nada más aterrizar las primeras gotas de lluvia riegan mis pocos pelos, convirtiéndose en un augurio de lo que va a ser el tiempo en este nuevo destino.
Se nota que ya no estoy en el tercer mundo ya que lujosas viviendas, McDonalds, Buger kings, centros comerciales, luces de neón…  flanquean la autopista que conecta el aeropuerto con el Sydney hotel donde un personal muy acogedor me da la bienvenida y me hacen sentir como en casa.
 El tiempo en vez de mejorar va empeorando cada vez más hasta el punto de diluviar e impedirme  disfrutar como es debido de las increíbles ruinas romanas que alberga la capital Jordana. Paso unos días en Amman a la espera de que asome el Sol, pero debo conformarme con  el cese de la lluvia durante unos días en los que aprovecho para salir con la bicicleta en dirección sur en busca de la ciudad perdida de Petra.
  Las primeras jornadas me llevan por carreteras con un tráfico que nada tiene que ver con los días de bicicleta africanos, aquí hay un volumen de vehículos digno de cualquier país europeo y me dejo caer con mi castigada Orbea por la ciudad de  Madaba, con sus antiguos mosaicos entre los que destaca el mapa de Jerusalén en la iglesia ortodoxa de San Jorge. También paso por el Monte Nebo donde según dicen murió Moisés, y desde donde se divisa el mar muerto e incluso en días claros puedes llegar a ver la tres veces santa ciudad de Jerusalén a tan solo 46Km.  En las montañas hace un frío muy intenso pero en cuanto bajo al mar Muerto se nota como los grados van en aumento, y es que estoy en el punto más bajo del planeta, este curioso mar sin vida acuática debido a una gran concentración de sal,  culpable de que la gente no se pueda hundir en sus aguas, está a unos 400 metros por debajo del nivel del mar.
 Voy conduciendo por lo que se conoce como la “King´s highway”, una carretera escénica que cruza unos preciosos paisajes desérticos con unos importantes desniveles que ponen a prueba las piernas del viejo rockero que escribe estas líneas. Después de dos días de pedaleo  voy a parar a un rincón de Jordania a orillas del Mar muerto donde tan solo hay resorts de lujo con habitaciones no por menos de 120€!!! (-África, como te añoro…), me desvío en busca de algo más asequible para mi bolsillo y acabo en una especie de apartamento turístico por 40€, lo cual para mí es una auténtica fortuna, pero no me queda más opción ya que este no es un país en el que pueda plantar la tienda de campaña en cualquier sitio como en África para pasar la noche, aquí todo está  excesivamente civilizado por lo que acabo aceptando.  No he terminado de desmontar la mochila cuando llaman a la puerta del hotel y un chico egipcio que trabaja en recepción, me pide la bicicleta para ir a buscar unas cosas al supermercado del pueblo, le digo que tenga cuidado de que no se la vayan a robar, pero que no hay problema  y se la dejo… horas más tarde bajo al salón de hotel  y veo al muchacho que se acerca hacia mí con cara sospechosa, me da la mano y observo que las tiene pringadas de grasa, le miro fijamente y empieza a llorar!!! Hace pucheros como un niño pequeño!!!, me empieza a hablar en árabe y yo no entiendo  absolutamente nada pero me lo imagino absolutamente todo, le digo que me diga qué coño pasa… le suelto la mano y me voy corriendo a mirar la bici y cuando me fijo, el muy capullo había partido el cambio trasero!!!!! No entiendo todavía a día de hoy como pudo partirlo en dos partes… me invade la ira y le suelto un puñetazo a la puerta metálica  del almacén donde guardo la bici dejando mis nudillos grabados en su superficie y un sonoro “Me cago en la P…a madre que te pario” alerta al dueño del hotel que viene corriendo a ver qué está pasando. Cuando este entiende la situación casi mata al pobre “capullín” y es entonces cuando  se me ablanda el corazón y trato de poner paz ya que le está pegando una bronca descomunal… Se comprometen a arreglarme la bicicleta en Amman y me veo obligado a perder un día en tan horrible lugar. Al día siguiente se van a Amman con mi bici en el maletero de un viejo BMW y a media tarde me devuelven la bicicleta con un cambio de piñones sin marca “made in China” y tan mal colocado que de los 9 piñones que tiene la bici tan solo puedo usar 6, pero bueno cuando llegue a Estambul ya le haré una puesta a punto a la pobre bici. Lo peor es que el muy miserable va y me cobra la noche extra que he tenido que pasar en tan asqueroso lugar por su culpa, aunque mi venganza me tomé destrozándole el sofá de la maldita habitación, llevo conmigo un machete tipo “Rambo” que pensé que no iba a usar nunca y mira por donde….
  Pedaleo dos días más y llego como puedo hasta el remoto pueblo de  Al Karak donde las empinadas carreteras y la imposibilidad de poder usas los piñones grandes me destrozan los cuádriceps. En Al-Karak hace más frio que en el congelador de una nevera recién estrenada y de echo al día siguiente de llegar cae una nevada que deja todas las calles blancas, mostrando la cara más dura y cruda del invierno en estas altas tierras, transformadas  en  una bella estampa muy poco habitual en un país como Jordania, pero que me impide continuar con la bicicleta ya que están todas las carreteras cortadas. Me quedo incomunicado en un pequeño y aburrido pueblo  montañés durante tres días con temperaturas de hasta -8ºC, paso el tiempo en una fría habitación donde el buen hombre que regenta el hotel y que vive no muy lejos del lugar me trae algo de comida de vez en cuando, me siento como los secuestrados de las películas, le tengo dicho que en cuanto se entere de que las carreteras abren  me avise  pero pasan los días y nada, hasta que por fin al cuarto día de reclusión y estando al borde del suicidio por agobio, me avisa de que han abierto la autopista y que conoce a alguien que tiene una furgoneta  que me podría llevar hasta Petra!!!, le digo que en cinco minutos salimos y así es, pero a unos escasos diez kilómetros de Al-Karak nos vuelve a caer otra nevada que nos deja atrapados en medio de la nada en una furgoneta Hyundai sin ventanilla lateral y con un plástico enganchado con cinta adhesiva que no impide que un gélido aire se cuele y empiece a cambiar el color de mis manos hacia un morado intenso… Me veo con una pala sacando nieve de un camino con las piernas hundidas hasta las rodillas y empujando la maldita furgoneta hasta que finalmente conseguimos movernos y cambiar a otra carretera y es entonces cuando decido que me vuelvo a Amman, por lo menos es la capital y en el hotel donde me alojo hay algo más de “diversión”.
 La capital está completamente blanca como si de Groenlandia se tratase y tres días más tarde parece ser que por fin han abierto las carreteras y es viable bajar hasta Petra, lo malo es que ya no tengo tiempo de hacerlo en bicicleta por lo que busco un Bus que me acerque hasta la antigua ciudad nabatea.
  Son las 6 de la mañana y un grupo de turistas nos metemos en el autocar de la compañía Jett buses  con la intención de viajar tranquilamente hasta Petra, pero antes de salir de Amman, una placa de hielo en la calle hace perder el control al autocar y acabamos estampándonos con  un todoterreno que estaba aparcado en la calle!!!. Bajamos del autocar y me pego un guarrazo con el hielo que tatúa mi culo con un morado de un tamaño considerable y veo como todo el mundo está deseando  reírse de mí pero nadie se atreve por educación, hasta que yo mismo desde el suelo me empiezo a reír de mí mismo contagiando la risa a todos los demás y nunca mejor dicho “rompiendo el hielo”. Volvemos hasta la oficina de autobuses y un grupo de gente decidimos viajar hasta Aqaba en la otra punta del país y desde allí ver que opciones tenemos. Nos juntamos tres sudafricanos, una pareja de suizos y yo mismo y una vez en Aqaba nos separamos en dos grupos,  Johana e Ibo, los suizos, y yo nos vamos al Wadi Rum, uno de los desiertos más impresionantes de este planeta donde la combinación de arena con altas montañas de roca moldeada por la erosión del viento y los diferentes colores con los que el Sol tiñe a esta tierra hacen del desierto de Lawrence de arabia un sitio mágico e único capaz de hacerte olvidar todas las calamidades sufridas hasta el momento… La pareja de suizos y yo somos los únicos turistas que hay en estos momentos en el desierto y eso le da un toque mágico a la situación, nos alojamos en un campamento beduino arropado con cinco mantas y bajo una luna llena envuelta  por millones de estrellas en un cielo limpio y puro como pocos.  Visitamos los mejores rincones de este maravilloso lugar y decidimos viajar juntos para compartir gastos hasta Petra, una de las siete maravillas del mundo y la verdad es que no me extraña que esté en ese distinguido grupo ya que la antigua ciudad perdida de los nabateos, hoy día hogar de beduinos, con su tortuoso Siq; impresionante garganta estrecha y profunda de 1200 metros de longitud que desemboca en “El tesoro”, esa antigua tumba nabatea que tanto se ha fotografiado y que incluso en su día deslumbró  al mismísimo Indiana Jones (Que grande!!!!) no son más que la entrada a una maravillosa ciudad incrustada en la roca que culmina con el impresionante monasterio al que se accede tras escalar más de 800 escalones, y es que este lugar  lleno de rincones y detalles es una auténtica obra de arte del ingenio del ser humano.
 Me despido de Ibo y Johana con quienes hemos compartido muy buenos momentos y me voy a pasar mis últimos días en Jordania a Aqaba, curiosa ciudad a orillas de la Mar Rojo fronteriza con Israel, Arabia Saudí y Egipto. Es una ciudad franca libre de impuestos donde abundan los comercios de electrónica y licorerías convirtiéndose en una especie de Andorra del medio oriente.
Han sido unos días fríos y duros, donde me he encontrado por primera vez en este viaje a gente estúpida de verdad pero también a gente maravillosa como Ahmed y Dia del Sydney hotel (www.booking.com/Sydney-Hotel‎ )donde me han tratado de maravilla y desde aquí  lo recomiendo a todo aquel que se quiera pasar por la capital jordana. Pero rincones como el Wadi Rum y especialmente Petra justifican desplazarse hasta este rincón del mundo por muy remoto que esté.
Las condiciones climáticas han sido tan adversas que me hacen replantear el viaje y en vez de enfrentarme a la ruta de la seda en invierno donde en algunos puntos de Asia Central están a   -20ºC, me voy a ir al extremo oriente donde se goza de  un agradable clima tropical durante todo el año y me iré adentrando en la ruta de la seda en primavera cuando el clima es más benévolo.
 Y no podía despedir esté post sin Felicitaros las fiestas a tod@s l@s que seguís mi viaje y me apoyais con vuestros comentarios!!!!!

Felices fiestas y Feliz 2014 ¡!!!!!!!!!!!!!!!!

Maravillosa salida del Siq en Petra.

Beduino en Petra


Petra


Atardecer en la ciudad perdida.






"El monasterio"


La soleada Aqaba


Playa del Mar Rojo
El Tesoro de Petra
Luna llena en Wadi Rum

Amanecer en el Desierto


Reconfortante Té beduino

Beduin Blues...






Lawrence de "Las Colomeras"



Tortuoso Siq en Petra
La futurista Bahrein.



Monte Nebo y el bastón de Moises




Joder que frio!!!!!!



Descansando en la King's highway

Ruinas romanas en Amman


Colorido mercado en Amman



Ciudadela de Amman, templo de Hercules

Amman, típica ciudad de oriente medio





Suculento plato tradicional en Amman

Si llego a saber lo que me espera no pongo esa cara!!!!

Mapa de Jerusalén en Madaba


Para mis seguidores andaluces...Ea





Mar muerto con Israel al fondo

Saluden a la Hormiga Atómica!!!



Mar Muerto y su gran cantidad de sal...

Carpas beduinas






Y llegó la nieve....

Dios mio!!!! pero que frio!!!!


Mi hotel-carcel en Al Karak

Cambio chinomalo de mierda!!!!

Preparandome una sopa calentita!!!!

Secando la ropa...


Has visto Mama!!! hasta los geranios se han congelado!!!

Cervecita Jordana....

Con mis amigos sudafricanos poco antes de estrellarnos con el autocar.









Con Johana e Ibo una pareja de suizos muy majos!!!!