sábado, 22 de febrero de 2014

Camboya

Fue cruzar la frontera y sentir de lleno esa sensación de país pobre… pobre en recursos y en desarrollo económico, pero rico, extremadamente rico en sonrisas. Las calles están a rebosar de niños que no paran de saludar y de reír, es increíble como un simple saludo de un ciclista loco como yo puede dibujar sonrisas hermosas en las caras de esos críos que no conocen las “playstation” ni nada de eso…. Son niños en estado puro, corriendo descalzos entre gallinas y cañas de bambú, con los mocos colgando y bailando bajo las gotas del agua que caen de una manguera que apunta hacia el cielo… me recuerda muchísimo a África. La gente adulta también es muy amable y risueña, no paran de regalarme “water for you” y de hacerme preguntas por mi viaje…
  En pocos días llego a Siem Reap donde una burbuja de desarrollo al más puro estilo occidental sirve de base de operaciones para visitar uno de los platos fuertes de este viaje; Las ruinas de Angkor Wat, una impresionante colección de templos de la época de esplendor de la cultura Jemer, que es la etnia predominante en esta zona del sudeste asiático. Este imperio reinó en estas tierras en los siglos IX hasta el XIII y dejó un legado de templos impresionantes, perfecto escenario para sentirse Idiana Jones por un día, decía mi buen amigo y fuente de inspiración Ricardo ( unamaneradeviajar.blogspot.com   ) que cuando estuvo por aquí este fue uno de los rincones que más le gustaron a los niños… y no me extraña!!!! El imperio Jemer desapareció misteriosamente en el siglo XV y todos estos bastos templos fueron engullidos por la selva de Camboya y permanecieron ocultos hasta hace relativamente poco. Hay más de 30 templos en la que fue la antigua capital de Camboya, pero Angkor Wat con sus impresionantes torreones, Bayón con las misteriosas caras esculpidas en la piedra y Ta Prohm con esas tétricas raíces que parece que agarren a las piedras del templo que sirvió de escenario para la película “Tomb Raider”, son sin duda los imprescindibles, la justificación de un viaje hasta tan recóndito punto del planeta….

  Fue pedaleando hacia Phnom Phen cuando oigo música tradicional en directo y decido acercarme a ver qué pasa…. Se trataba de un colegio donde había un grupo de música y un montón de padres y alumnos que iban a hacer una ofrenda al colegio de un árbol cuyas hojas eran billetes, supongo que habían hecho una recolecta y la entregaban al cole… yo me dedico a sacar alguna foto, cuando re repente alguien me coge del brazo y me mete en medio de todo el fregado… se ponen a bailar conmigo y me convencen para que sea yo quien representando a los padres y alumnos haga la entrega!!!! La verdad es que fue un momento curioso pero bonito….

  El viaje prosigue hacia Phnom Penh, actual capital de Camboya. Se trata de una ciudad con mucha vida, llena de restaurantes, luces de neón y con una marcada herencia francesa, fruto de la época de colonización de nuestros vecinos allá en el siglo IXX. Como gran ciudad que es tiene un tráfico muy intenso, donde conviven miles de motos, coches, camiones, tuktuks y bicicletas… pero si a eso le sumamos la manera tan loca y particular que tienen los camboyanos de interpretar el código de circulación, podemos decir que es una de las ciudades del mundo donde más números de morir atropellado tiene la gente.
  Uno de los episodios más trágicos de la historia Camboyana fue en los 70’s, en plena guerra de la vecina Vietnam cuando surgió un movimiento de comunistas radicales encabezados por un tal Pol Pot quien impuso un régimen dictatorial que perseguía a todo aquel que tuviese cualquier tipo de relación con la cultura y la mentalidad progresista, trataban de volver a lo básico, desde el punto de vista del desarrollo humano, querían implantar el estilo rural como única posibilidad de vida y llegaron a protagonizar uno de los genocidios más bestias de la historia… Uno de los lugares donde se practicaban crueles torturas para sacar información y después ejecutar a la gente era una antigua escuela que a día de hoy es un terrible museo del horror, es el Toul Sleng genocide Museum (S-21). Un lugar desgraciadamente a la altura de los campos de concentración de los nazis. Hay una película de finales de los 80’s que trata este tema “The Killing fields” (Los gritos del silencio).
  Me ha encantado Camboya, donde me he reencontrado con gente pura, gente a los que la escasez de sus vidas les ha enseñado a valorar las pequeñas cosas y momentos como auténticos tesoros, un pueblo que ha sufrido mucho y que se atreven a ponerle una sonrisa a cada uno de los días que a quien os escribe, le ha llevado cruzar este país. Sin duda me llevo a la antigua Kampuchea en un uno de los rincones VIP de mi corazoncillo (no confundir con calzoncillo!!!!).
  Ha sido también un placer conocer a más ciclo viajeros como yo y comprobar que sí, estoy loco pero no soy el único….
  Escribo estas líneas desde la frontera con Vietnam y desde donde os quiero volver a agradecer que estéis aquí desde allí…. Que leáis el blog y que compartáis esta aventurilla conmigo es algo realmente grande….
  MIL GRACIAS y a por Vietnam……  (En este momento deberíais hacer sonar “Fortunate son” de C.C.R. a todo volumen…….yeah!!!!).




Entrada al reino de Camboya desde Tailandia

La sonrisa que habéis compartido más de 50 amigos en facebook

Más sonrisas camboyanas

Hay vestidos que nunca pasan de moda

La Camboya más rural



Escenario de sonrisas... seríais vosotros capaces de sonreír en este entorno?

Gasolineras.....

El que abastece a las gasolineras...


Compañeros de carretera

Engancharse a estos trastos... siempre te libra de pedalear algún km

Entrega de premios

Alumna del colegio donde hice la entrega de premios




Vaca refrescándose del intenso calor


Angkor Wat

Angkor Wat

Angkor Wat





Bayon












Lavando a la vaca


campos de arroz a orillas del mítico río Mekong



Casas del lago 




Calles de Phnom Phen

Cucarachas enojadas.....

Atentamente escuchan al monje de turno....


S-21 El museo del horror del Jemer Rojo

Sala de torturas





El poderoso padre de todas las aguas...El Mekong



Ni los monjes escapan a la fiebre de escuchar..Ron Vudú....



Palacio real




Observando la vida desde un balcón de Phnom Phen





Ferry para cruzar el Mekong


Compañeros cicloturistas desde China

Cambiarse el coche por falta de maletero... es una pijada....






Con Johnatan & Kha